lunes, 26 de marzo de 2012

El lobo más viejo


Manuel García Estrada

La campiña se llenó de borregos foráneos, los locales ya no creían en el hechicero y es que cuando naces en un territorio lleno de historias absurdas sobre cómo debes de ser te acabas cansando de ello y renuncias a esa supuesta identidad. Los ayudantes del hechicero cifraron en miles a los asistentes a la función de brujería pero la realidad es que ninguna cifra es verificable porque cuando hay muchas ovejas difícilmente se logran distinguir las cabezas.

La televisora nacional de la campiña tenía grandes intereses en la visita del hechicero y por ello se dedicó a alabarlo, la realidad es que ya nadie le cree a ese servicio audiovisual que nunca dice cómo mejorar la vida sino cómo ausentarse de ella. Ni siquiera el usar gorro de brujo local le sirvió al que llegado en medio de tributaciones de oro ha sido capaz de acallar la información de que entre sus seguidores hay quienes comen y trasquilan borregos destruyéndolos para siempre.

¿Quién puede creer en los hechizos de un farsante y charlatán vestido de dorado que sólo busca hacerse más rico mientras abusa de la ignorancia de los borregos? Sólo las ovejas más tontas. Pero a esas les gusta el abuso y la humillación porque tienen terror a crecer y ser pensantes.

El hechicero se fue entre burlas y rechiflas,  aplaudiendo al administrador local del ganado y pactando con los lobos que con zaleas puestas pretenden hacer más servil a todos. 

@ManuelGarciaES en twitter

1 comentario:

  1. ¡Dios te oiga Manuelito! ¡Ah, no; conque eres ateo! bueno, que tus deseos de cualquier modo se cumplan. El problema es que estos borregos se reproducen y se reproducen y yo como ando un poco pesimista no veo para cuando las cosas se compongan. Aunque sí, efectivamente ya hay mucha gente que no se la traga y que está protestando; dejo la pregunta: ¿qué hay más, borregos o gente despierta?

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